lunes, enero 16, 2006

El orden de las letras.

Port Noarlunga. Adelaide. Australia.
El pasado 25 de diciembre la tradicional comida de navidad que reúne anualmente a la familia Kornblut de Port Noarlunga, Adelaide, terminó en el hospital.
Todo comenzó cuando en un momento del ágape, la hija Corine, enfermera de 28 años, reconoció al padre de familia que desde hace dos, publica fotografías de ella desnuda en internet. Fue después de que el padre le preguntase al respecto de algunos rumores que se habían difundido en el vecindario. La joven enfermera no sólo confirmó si no que mostró su orgullo de ser una de las “amateurs” más seguidas por los internautas.
Parece ser que la hija, una pelirroja de pechos grandes y turgentes, es capaz de excitarse sexualmente sólo si sabe que su ansia exhibicionista se satisface previamente.
La confesión provocó el agrio reproche del padre, que no encontró más que el desprecio de la hija. El gesto enfureció tanto al padre que, sin razón aparente, pero decidido, se dirigió a su despacho y destrozó con un martillo el teclado del ordenador, para posteriormente tragarse tecla a tecla, dejando previamente a un lado la barra espaciadora, hasta llegar a 12 de ellas.
Los familiares, alarmados en un primer momento, no tardaron en reaccionar y sujetaron al padre de familia para evitar que continuase ingiriendo los números y otras teclas mayores.
En declaraciones a este corresponsal la esposa dijo que no era la primera vez que su marido tragaba objetos como muestra de ira y frustración.
Al instante, y tras quejarse de agudos dolores abdominales, el padre de familia fue trasladado a un centro médico.
La sorpresa e incredulidad fue mayor cuando el equipo de radiología del Hospital de Adelaide examinó las imágenes de rayos x y descubrió que un grupo de siete letras había quedado alineado entre el bolo alimenticio y la boca del estómago del hombre que ahora gritaba de dolor en la habitación de al lado.
Los doctores y enfermeras tanto de urgencias como de planta fueron pasando ante las radiografías y no podían salir de su asombro al ver aquellas siete teclas, seguidas una detrás de otra, con sus siete letras que formaban todas ellas la palabra: “ASTEROID” (asteroide en inglés).
¿Qué explicación tenía aquello? Se preguntaban los doctores.
Al día siguiente, los medios tanto locales como nacionales, informaron de aquella rara coincidencia.
Nadie podía explicarse aquello. ¡Que sorprendente casualidad!, decían unos y otros. Las explicaciones pasaron de lo raro a lo sobrenatural cuando el obispo católico de Adelaide, en una nota publicada en dos periódicos de la ciudad, afirmaba que aquello no podía ser más que una señal, ya que fue un asteroide, una estrella la que por esas fechas, más de dos mil años atrás señaló el nacimiento de Jesús en Belén.
El departamento de matemática descriptiva de la Universidad de Adelaide, sirviéndose del aparato digestivo de una vaca ha realizado un estudio, y ha establecido en 0,0001 % las posibilidades que las siete letras citadas se alineen en el orden exacto.
El hombre que ingirió las teclas fue operado y se recupera en su domicilio en Port Noarlunga que se ha convertido en lugar de peregrinación para algunos.
La hija, la enfermera Corine, ha recibido ofertas para crear una página web exclusiva de sus imágenes desnuda, que seguramente será objeto de “peregrinación” para otros.